ZEITGEIST

La identidad no es un estado fijo, sino un espacio en constante construcción. Cada uno de nosotros es el punto de encuentro entre múltiples influencias, historias y contradicciones. Aferrarse a una única identidad, ignorando otras posibilidades, no es afirmarse, sino limitarse.

El Zeitgeist no es algo externo que nos define: somos nosotros quienes lo encarnamos y transformamos. No hay un solo espíritu de época, sino tantos como personas habitándolo.

La fragmentación de la identidad no es una pérdida, sino una expansión. No estamos divididos, sino abiertos al cruce de caminos.